El pasado
21 de enero a las 13:47 se produjo un terremoto de magnitud 5.1 en el mar de
Alborán a unos 40 km al norte de Alhucemas, inmediatamente después comenzaron
una serie de réplicas, hasta que cuando parecía que se empezaban a espaciar,
ocurrió otro terremoto de magnitud 6.3 el día 25 a las 04:22, le siguieron una
réplica a las 05:54 de magnitud 5.2 y otra a las 06:10 de magnitud 5.1, además
de muchísimas réplicas más de menor magnitud, algunas de ellas superiores a 4
de magnitud.
El
terremoto principal alcanzó una intensidad de VI en la escala EMS, lo cual
significa que hubo daños moderados en algunas construcciones, caída de
cornisas, grietas, etc. Por suerte, a esa hora la gente se encontraba en sus
casas y la caída de cascotes no afectó a la población, a otra hora,
evidentemente, podría haber sido bastante peor.
Terremotos
de esta magnitud, por supuesto no son habituales en la zona, pero tampoco son excepcionales,
en 1923 y 1994 hubo en esa zona sendos terremotos de 5.7, en 1993 otro de 5.4
al noreste de Melilla y el mas importante, en 2004, un 6.2 unos 15 km al sur de
Alhucemas, en Marruecos y ya en tierra y una intensidad de VIII, provocó casi
600 muertos y cuantiosos daños materiales.
Hasta la
fecha se contabilizan mas de 1000 réplicas del terremoto, lo cual también es
normal en un terremoto de estas características.
Una vez
mas, es necesario saber que vivimos en una zona de sismicidad moderada, pero en
la cual se producen ocasionalmente terremotos fuertes, por lo tanto, es
imprescindible adaptar las construcciones a la norma sismorresistente y la
población saber actuar en consecuencia.
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